• Disminuye el stress, tranquilizando el sistema nervioso y pacificando las emociones, mejorando los estados anímicos. 

• Beneficia el desarrollo de las capacidades cognoscitivas y biomotoras (flexoelasticidad, fuerza y resistencia), mejorando su tono neuromuscular, motor-sensorial y coordinación psicomotriz. 

• Algunas posturas masajean y estimulan benéficamente a los órganos internos. 

• Estabiliza el temperamento, intensificando su capacidad de autocontrol y propiopercepción. 

• Las niñas y niños se integran a un entorno social armónico y pacífico, desarrollando habilidades de lenguaje, comunicación y cortesía. 

Se abarcan de manera integral los aspectos biocorporales óptimos para su crecimiento como el fortalecimiento, desarrollo e integración de las funciones respiratorias, motrices, nerviosas, psíquicas, afectivas y demás sistemas que nos constituyen; este conocimiento e interrelación que van creando consigo mismo las niñas y los niños, lo desplegarán paulatinamente con los demás, por ello la importancia de la socialización, promoviendo las virtudes que caracterizan a los seres humanos tales como cooperación, comunicación, gratitud, amabilidad, respeto, servicio, colaboración, compasion, apoyo, persistencia, comunidad, curiosidad científica, el cuidado de sí, del otro –no humano- y del planeta. 

La pedagogía sentimental es otro principio fundamental en el desarrollo humano, a través del yoga y las meditaciones, las niñas y niños desarrollan la capacidad de percatar su emocionalidad, darse cuenta de las manifestaciones fisiológicas y expresiones biocorporales, que surgen de los pensamientos y que existe la posibilidad y la libertad de ser expresados a través de los sentimientos. 

Por ultimo, la ecosofía, está integrada por la ecología individual, social y ambiental; la eco individual es entendida como el bienestar individual, la social es la adecuada interrelación o interdependencia con los demás miembros del género humano, la ambiental es la adecuada interrelación o interdependencia con el planeta y con el resto de las especies vivas. 

Con una planeación didáctica para que las niñas y los niños aprendan juegos que les permitirán fortalecer el desarrollo psicomotriz -la coordinación, el equilibrio, la flexoelasticidad en las articulaciones, tendones y músculos, aprenderán a mantener una postura enlongada del torso para tener sana la columna vertebral- a través de la práctica de las asanas (posturas); también se fortalece el sistema respiratorio, se adquiere el hábito de la respiración consciente y se estabiliza el sistema nervioso con los ejercicios de pranayamas (técnicas de control respiratorio); el dristhi (el enfoque de la mirada) favorece la atención y concentración; los mudras (gestos hechos principalmente con las manos) apoyan a la motricidad fina; los espacios de meditación, generan paz y bienestar; los mantras (palabras para liberar el flujo constante de los pensamientos) de manera paulatina aprenden a generar calma y tranquilidad; así, el conocer sutilmente el lenguaje sánscrito, tiene por un lado preservar y transmitir la enseñanza, la filosofía y el modo de vida de la práctica; y por otro, los beneficios de aprender palabras en otro idioma, mejorando sus capacidades cognitivas, como la atención, imaginación, el pensamiento anticipatorio, el pensamiento reversible, el pensamiento matemático, entre otros. 

Los infantes al jugar yoga y al tener espacios para meditar, aprenderán integralmente y paulatinamente a desarrollar conciencia sobre el conocimiento y cuidado de sí, a familiarizarse con las sensaciones, emociones y sentimientos motivados por el movimiento, el arte y la creatividad, coadyuvando a estabilizar el carácter, equilibrando su afectividad, conectando con estados de contento (Sukha); adquirirán confianza y estima hacia ellas/os mismas/os. 

De esta manera, lo que queremos obtener es que las niñas y los niños se mantenegan y/o se desarrollen saludablemente, logrando un bienestar integral, asimismo también aprendera a conocer y cuidar de los demás, de otros seres vivos y el planeta.